Por PortalBerries

La industria de los berries en Chile vive un proceso de transformación silenciosa pero profunda. Ya no se trata solo de plantar, cosechar y vender: hoy el desarrollo productivo depende cada vez más de la investigación aplicada, esa que se realiza en terreno, bajo condiciones reales, y que conecta directamente la ciencia con las decisiones de los productores.

En un escenario donde la competencia internacional es intensa, los costos se vuelven más exigentes y los mercados exigen fruta de mayor calidad y consistencia, entender qué tecnologías funcionan, cómo deben manejarse los cultivos y qué variedades responden mejor a cada zona es vital. Y ahí la investigación aplicada se ha convertido en el motor que está empujando una nueva etapa en la industria de los berries chilenos.

Durante años, gran parte del conocimiento técnico disponible provenía de estudios teóricos, experiencias aisladas o recomendaciones generales. Sin embargo, la realidad productiva mostró que cada territorio tiene sus desafíos específicos.

Los centros de investigación transferencia tecnológica–– han asumido un nuevo rol: validar tecnologías, evaluar sistemas productivos y entregar información real y comprobada, respondiendo a las necesidades del sector productivo

Hoy, las decisiones más relevantes del rubro ya no se toman por intuición: se basan en datos.

Modelos sin suelo: una revolución silenciosa

Uno de los cambios más visibles impulsados por la investigación aplicada es la expansión de los sistemas de cultivo fuera de suelo. Antes considerados experimentales, hoy representan una alternativa real para mejorar rendimiento, reducir riesgos y obtener fruta de calidad más homogénea, disminuyendo la huella de carbono de los cultivos

Los ensayos aplicados han permitido definir:

  • Qué sustratos funcionan mejor en cada zona.
  • Cómo ajustar el riego y la fertirrigación según la etapa fenológica.
  • Cuáles son los errores comunes en sistemas sin suelo y cómo evitarlos.
  • Qué variedades se adaptan mejor a este modelo productivo.

Gracias a este conocimiento, decenas de productores han logrado resultados que antes parecían inalcanzables, como ciclos productivos más largos, mayor uniformidad en calibres y mejores retornos económicos.

Variedades y genética: decisiones basadas en evidencia

Chile vive un proceso de renovación varietal acelerado, impulsado por programas de mejoramiento genético de universidades, centros de investigación y empresas internacionales.
Pero la adopción de una variedad no puede basarse solo en una ficha técnica: requiere pruebas en terreno.

La investigación aplicada ha permitido:

  • Comparar variedades en diferentes climas.
  • Evaluar firmeza, sabor, rendimiento y post cosecha.
  • Identificar variedades que toleran mejor períodos de calor o humedad.
  • Definir manejos específicos para maximizar productividad.

El resultado: productores mejor informados y empresas capaces de planificar con mayor precisión.

Tecnologías de riego y nutrición: eficiencia real, no teórica

La disponibilidad de agua de riego  han llevado al sector a buscar soluciones más eficientes, con el propósito de disminuir la huella hídrica del cultivo.

La investigación aplicada ha permitido testear sensores de humedad, estrategias de monitoreo, sistemas de control automatizado y nuevas formulaciones nutricionales, demostrando cuáles tecnologías aportan valor real y cuáles no justifican la inversión.

Esto no solo mejora la productividad: reduce costos y favorece un manejo más sostenible

Transferencia tecnológica: el puente entre la ciencia y la producción

La investigación aplicada es útil solo cuando llega a quien la necesita. Por eso, la transferencia tecnológica se ha convertido en un pilar para el avance de la industria.

Visitas técnicas, jornadas de campo, capacitaciones y ensayos demostrativos han permitido que productores, técnicos y empresas conozcan de primera mano:

  • Nuevas herramientas.
  • Modelos innovadores.
  • Manejos recomendados.
  • Resultados medidos en campo real.

Esta conexión directa ha fortalecido la toma de decisiones y ha generado una comunidad técnica más informada, colaborativa y abierta al cambio.

La industria de los berries en Chile enfrenta el desafío de seguir siendo competitiva a nivel internacional. La investigación aplicada es hoy la base para lograrlo.

Su aporte no está solo en desarrollar nuevas tecnologías, sino en permitir que cada productor acceda a conocimiento confiable, validado y adaptable a su realidad.

A medida que más centros, instituciones y empresas continúen generando datos, compartiendo aprendizajes y validando  desarrollos, Chile seguirá consolidándose como un país líder en producción, tecnología y conocimiento agrícola.