Por BioBichos

Biobichos impulsa el control biológico con BIOSU, un parasitoide local eficaz contra Drosophila suzukii

Durante esta época del año, los productores de berries y frutales deben extremar las medidas de vigilancia: las condiciones de temperatura y humedad favorecen el incremento de una de las plagas más dañinas para los cultivos de fruta fina, la Drosophila suzukii, conocida comúnmente como mosca de alas manchadas.

Esta pequeña mosca, originaria de Asia, ha logrado establecerse en gran parte del territorio nacional, afectando principalmente frutillas, frambuesas, moras, cerezas, ciruelas y otras frutas de piel delgada. A diferencia de otras drosophilas que solo atacan frutos en descomposición, la suzukii tiene la capacidad de oviponer en frutas sanas y en proceso de maduración, lo que genera un daño directo sobre la calidad y el rendimiento de la producción.

Además, esta especie puede sobrevivir en vegetación silvestre o en flora nativa que crece en los alrededores de los huertos, transformándose en un reservorio natural difícil de erradicar. Esto hace que su manejo sea un desafío constante para agricultores y asesores técnicos.

Control biológico: una estrategia sostenible y efectiva

En distintas partes del mundo, la Drosophila suzukii cuenta con enemigos naturales que ayudan a mantener sus poblaciones bajo control. En Chile, los estudios han identificado al menos cuatro especies de parasitoides que actúan sobre sus pupas, los cuales también se encuentran en regiones de México y Europa.

En este contexto, la empresa Biobichos ha desarrollado una alternativa biológica de producción nacional: el parasitoide Pachycrepoideus vindemmiae, comercializado bajo el nombre BIOSU. Este insecto benéfico fue recolectado localmente y adaptado a las condiciones del país, lo que permite un control eficiente sin introducir especies exóticas.

Cada sobre de BIOSU contiene 500 pupas de Drosophila melanogaster parasitadas, una especie de laboratorio que no representa riesgo alguno de aumentar la población de mosca de alas manchadas en el campo. La dosis recomendada es de 5.000 pupas por hectárea, equivalente a 10 sobres, y se sugiere realizar al menos tres liberaciones durante la temporada para obtener un control efectivo y sostenido.

Aplicación en distintos cultivos

El momento y lugar de liberación dependerá del tipo de cultivo:

  • Frutillas, frambuesas y moras: las liberaciones pueden realizarse dentro del huerto durante la cosecha, etapa en que la presencia de fruta madura aumenta el riesgo de infestación.
  • Cerezos y otros frutales mayores: se recomienda aplicar en los bordes o sectores con vegetación natural, como zarzamoras o flora nativa, antes del inicio de la cosecha, para reducir el ingreso de adultos desde áreas silvestres.

Un paso adelante en manejo integrado

El uso de BIOSU se inserta en una estrategia de Manejo Integrado de Plagas (MIP), complementando medidas preventivas como la eliminación de fruta caída, el control de malezas hospederas y el uso racional de trampas y monitoreo.

El control biológico representa una alternativa segura, sustentable y compatible con la producción limpia, que reduce el uso de insecticidas y ayuda a mantener el equilibrio natural del ecosistema del huerto.

La experiencia de Biobichos en la multiplicación de enemigos naturales confirma que la innovación y la biotecnología local pueden ser grandes aliadas de los agricultores chilenos frente a plagas emergentes como Drosophila suzukii.