Escrito por: PortalBerries


En el mundo de los berries, la calidad y el sabor son esenciales, pero en un mercado cada vez más saturado, contar con una historia detrás del producto puede hacer la diferencia entre una fresa más y la fresa más deseada del mundo. La estrategia de marketing de la marca japonesa Elly Amai es el ejemplo perfecto de cómo el posicionamiento y la percepción pueden elevar un producto hasta niveles inimaginables. Elly Amai se autodenomina «la mejor fresa del mundo» y lo respalda con una estrategia de lujo que transforma una simple fresa en un objeto de deseo. Vendida en Erewhon, una cadena de supermercados de lujo en Estados Unidos, esta fruta alcanza el exorbitante precio de 19 dólares por unidad. No se vende por peso, sino como una joya en un envase cilíndrico elegante que resalta la exclusividad del producto. La reacción en redes sociales no se hizo esperar: TikTok se llenó de videos de usuarios escandalizados por el precio, tildando la situación de «distópica» y burlándose de quienes pagan por ella. ¿El resultado? Una notoriedad sin precedentes para Elly Amai, que ha logrado posicionarse como la fresa más codiciada del mercado. 

Este caso demuestra que el marketing no se trata solo del producto en sí, sino de la experiencia, la exclusividad y la narrativa que se construye en torno a él. La industria de los berries en Latinoamérica tiene un potencial enorme para aplicar estrategias similares y diferenciarse en un mercado altamente competitivo. No se trata de vender fresas a 19 dólares la unidad, sino de encontrar maneras innovadoras de dar valor agregado y comunicarlo efectivamente. 

El marketing no es solo para las grandes marcas. Los pequeños productores pueden y deben aprovecharlo para posicionar sus berries no solo como un alimento, sino como una experiencia única y valiosa. La clave está en contar una historia que haga que los consumidores no solo quieran comprar el producto, sino sentirse parte de algo más grande. Porque, al final del día, el precio de los berries no solo está en su sabor, sino en la historia que la rodea ¿Qué opinan ustedes?